Alrededores de São Paulo y Rio (viajes con punto base en Campinas)
Actualizado: 29 ago 2023
Me fui de intercambio de estudios a Campinas, una ciudad que no destaca por su belleza, precisamente. Sin embargo, para mí será siempre uno de los lugares más especiales, y es que me brindó innumerables momentos de alegrías y me introdujo en la cultura brasileira. Cerca (y no tan cerca) hay infinidad de lugares chulos esperando, algunos muy míticos. Estos son a los que fui yo, pero hay muchos otros:
São Paulo
Ubatuba y Caraguatatuba
Paraty y Trindade
Rio de Janeiro
Minas Gerais (Ouro Preto, Lavras Novas y São Tomé das Letras)
Iguaçu
SÃO PAULO
São Paulo es una ciudad gigante con mucha vida nocturna, actividades y arte. Yo le hice un par de visitas al estar de intercambio de estudios en su vecina, Campinas. Lo que más me gustó de este monstruo de ciudad (12 millones en la propia ciudad; 20 en la zona metropolitana) es la cantidad de parques y zonas verdes que alberga. Pulmones necesarios para amortiguar todos los gases de los coches.
A destacar: el inmenso Parque Ibirapuera, con museos y eventos; la Catedral Metropolitana en el centro de la ciudad; la avenida Paulista, una calle enorme con rascacielos de oficinas a ambos lados; la Pinacoteca; el Museo da Língua Portuguesa; el Museo Afrobrasileiro; la Praça da Luz; el Barrio da Liberdade, lleno de cultura japonesa.
Siempre recordaré la primera vez que visité São Paulo, con ese concierto al aire libre en el Parque Ibirapuera. Un festival de jazz con artistas de varios países que nos lo hizo pasar en grande. Siempre hay algo en ese Parque, así que no pierdas la oportunidad de vivir algo grande allí.
UBATUBA Y CARAGUATATUBA
Estos dos vecinos del litoral norte de São Paulo (170 km de la metrópoli), son un paraíso de playas interminables, solitarias y salvajes. Además de las playas de estos dos pueblos, tienes decenas de playas preciosas muy cerca. Frade, Itamambuca o Enseada son solo tres ejemplos de un paraíso de arena fina y mar. Puedes venir a relajarte como en cualquier otra playa. Pero lo suyo es también aprovechar el carácter único de la zona para hacer actividades: sus olas son ideales para surfistas intrépidos y sus bosques lo son para los caminantes aventureros. La Mata Atlântica es un bosque (o más bien selva) que discurre paralelo a estas costas (gran parte de los litorales de São Paulo y Rio). En esta zona, en concreto, hay una maravillosa trilha (sendero) que parte de Lagoinha (cerca de Maranduba, entre Caraguatatua y Ubatuba). Se llama Trilha das 7 Praias y es una auténtica pasada. Date un paseo en el día o, mejor aún, pernocta con tu “barraca” en alguna de las playas. Es un lugar mágico.
Por último, comentar que esta área también cuenta con bonitas cascadas y espacios naturales cerca. Ven, está todo por explorar.
PARATY Y TRINDADE
Estas dos localidades se encuentran a unos 20 km de distancia entre sí. Tienen playas parecidas a las de Ubatuba, con poca gente y rodeadas de Mata Atlántica. Muy salvajes. Sin duda, otros dos destinos ideales para visitar las playas de tus sueños (esta vez en el estado de Rio). Algunas de estas extensiones de arena fina y dorada son: Praia do Cepilho, Cachadaço (Trindade), y, mi favorita, Praia do Sono. ¡Pero vamos, que hay cientos de playas! Y todas ellas rodeadas de la salvaje Mata Atlântica. En la playa de Trindade puedes caminar hasta unas piscinas naturales con piedras enormes en las que hay un túnel secreto que te lleva a un tobogán subterráneo que mola mucho.
Además, Paraty es una bonita ciudad colonial de calles empedradas y casas de colores ideal para pasear y disfrutar de los sabores brasileiros.
RIO DE JANEIRO
Nossa, que estamos no Rio de Janeiro! Uno de los destinos más turísticos (y realmente se ha ganado la popularidad) de todo el país. Hay mil cosas para hacer en esta mítica ciudad, un clásico de Brasil. Por ejemplo:
Playas de Copacabana, Leblon e Ipanema. Ven a relajarte (agua de coco o cerveza en mano, obviamente), pasear o hacer ejercicio (correr, yoga, etc). O, por qué no, ligar.
Cristo Redentor. Aunque se le ve desde prácticamente cualquier punto de la ciudad, una de las actividades más populares es visitar la que es una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno (¡yo no lo hice!). Más que la estatua en sí (que en mi opinión es un poco chusta), lo mejor son las vistas. Eso sí, creo que es carete subir.
Pão de Açúcar. Puedes subir todo en teleférico o hacer parte andando y luego en teleférico. Yo recomiendo caminar un poco, pues te puedes encontrar por el camino con algún que otro simpático tití (pequeño primate). Las vistas de Rio desde el Pão de Açúcar son lo más.
Barrios de Santa Teresa y Lapa. El primero está en lo alto de una colina es muy bonito. El segundo no solamente contiene las famosas escaleras (escadaria do Selarón), sino también una atmósfera artística y más auténtica (es sólo mi opinión) que Ipanema, por ejemplo.
Estadio Maracaná. Ir a un partido al Maracaná, si eres futbolero/a. Yo no lo soy, pero fui (por hacerle un favor a un amigo) y me lo pasé genial. No sé si por el ambiente en sí (la gente lo vive a tope), o porque nos pimplamos una botella de cachaça antes de entrar. ¿Cómo no pasárselo bien así?
Visitar alguna favela. Es interesante ver con tus propios ojos el modo en que viven en una favela. Son barrios pobres, muy caóticos, pero que no son tan diferentes de lo que mucha gente piensa: hay bares, escuelas, centros médicos… Y, sobre todo, gente como tú y como yo. Yo solo recomendaría una turística, como la favela Santa Marta. No creo que sea prudente meterte en un sitio peligroso.
¡Y ya si te pillan los carnavales por allí a gozárselos!
MINAS GERAIS
Minas Gerais, tierras de pueblos y ciudades coloniales, montañas y cachoeiras. Ah, y como dice todo brasileiro: la mejor comida del país. Qué saudade la primera noche tomando cachaça y queijo mineiro en la plaza principal de Ouro Preto... La superficie de este estado es mayor que la de toda España. Vamos, que uno puede rápidamente hacerse una idea de la magnitud del territorio… Hay mil lugares para visitar y, obviamente, yo no visité todos. Más bien visité una pequeña porción. Algunos lugares que merecen la pena son:
Ouro Preto. Una de las ciudades más bellas de Brasil, con casas e iglesias coloniales por todas partes. Aquí tiene lugar también uno de los carnavales más famosos del país (junto con el de Rio y Olinda). Una ciudad que queda cerca y dicen que es preciosa es Mariana (yo no conozco).
Lavras Novas. Un pequeño pueblo en un enclave natural sinigual. Camina tres pasos para encontrar unas cascadas muy chulas.
São Tomé das Letras. Pequeña aldea en la montaña con una atmósfera especial.
IGUAÇU (no tan cerca de São Paulo en realidad...)
Iguaçu es uno de los lugares más mágicos en que he estado en mi vida. A pesar del turismo y a pesar de que está lejos de todo (17h en bus desde Campinas/São Paulo). No se puede describir. Puro espectáculo para los ojos y para los oídos. Yo visité el lado argentino, pero ambos lados valen la pena. Por la parte argentina es más barato tanto el ingreso al Parque como el alojamiento (Puerto de Iguazú, Argentina vs Foz do Iguaçu, Brasil).
En el Parque hay muchas cosas que hacer, todo lleno de agua. Puedes hacer los recorridos superior e inferior, para disfrutar de todas las cataratas desde distintas distancias y perspectivas; “Subir” a la Garganta del Diablo, en la que tras recorrer una pasarela de metal sobre el inmenso río Paraná, llegas a la caída de agua más caudalosa del mundo; Excursiones en barca, desde un descenso tranquilo por el río (¡atentos a los jacarés!) hasta un intrépido acercamiento hasta el pie de las cataratas para acabar empapado; Visitar senderos menos transitados, como el sendero Macuco, para vivir el lado más salvaje (nosotros vimos monos, tortugas, tucanes y hasta un tapir). Este camino lleva a una catarata apartada del resto, donde te puedes bañar.
Por otro lado, en los alrededores de Iguazú hay muchos tesoros naturales (tanto en Paraguay, como en Brasil, como en Argentina). Si tienes tiempo, vale la pena que explores un poco más allá de las cataratas. Nosotros visitamos unas pequeñas minas en Wanda, Misiones. Están a unos 40 Km de Puerto Iguazú. Ya solamente el paisaje hasta llegar allí es precioso, dejando atrás varias comunidades interesantes alrededor de las minas.