Autostop en Pakistán
Pakistán es uno de los mejores países para viajar a dedo: por la facilidad de que a uno le cojan y por la amabilidad de sus gentes. Es verdad que a mucha gente no le gustan los perros, pero si viajas en compañía perruna no va a ser un problema. Al menos esa fue mi experiencia en el país durante el más de medio año que estuvimos recorriéndolo de cabo a rabo. Las esperas dedo en alto fueron cortas (o muy cortas) en el 90% de las ocasiones, y el salvador de turno fue SIEMPRE un encanto. Al final, no deja de ser una muestra más de hospitalidad en el país Rey de la Hospitalidad. ¡No te extrañe que se peleen varios por llevarte!
A continuación comparto algunos datos y consejos para hacer autostop en Pakistán en base a mi experiencia que quizá te ayuden/orienten. También puedes leer estos posts de autostop en general y con perro:
AUTOSTOP EN PAKISTÁN (CON PERRO)
Cualquier punto es bueno
¡Bien acompañados!
Si bien para el autostop en otros países recomiendo situarse en salidas de poblaciones o gasolineras, en Pakistán se puede empezar en el centro mismo de una ciudad. Los vehículos pararán, sin importar que hagan esperar a los de atrás. Ya digo que es muy fácil que te lleven, especialmente si eres extranjero. La dificultad estriba en “deshacerte” de los lugareños, que intentarán llevarte a una casa de té, comer o directamente a su hogar para conocer a su numerosa familia, amigos y vecinos.
Prepárate para hablar
En casa de mi amigo Osama, Timergara
Los pakistanís son muy majos y curiosos, y querrán saber de ti. Por lo general hablan inglés o al menos lo chapurrean, pero no te preocupes si no es el caso: la conversación será por gestos, Google Translator o a través del puñado de fotos de sus hijos en sus móviles. Es altamente probable que el salvador de turno te invite a su casa y acabéis siendo amigos de por vida.
"Acha Kutta"
Cocaí poniendo su mejor cara
Si viajas con perro y ves que al parar el conductor/pasajeros no son muy perrunos adelántate y di estas palabras “Acha kutta”. Es decir, “perro bueno”. Enséñales también una toalla o algo para indicarles que irá ahí sentado y no manchará el asiento o suelo.
Carreteras de órdago: ¡la aventura está servida!
Carreteras pakistanís
Pakistán no se caracteriza precisamente por su red vial (por no haber no hay ni semáforos) y el estado de sus carreteras. A cambio, el NORTE ofrece un entramado de rutas impresionantes a través de las montañas más espectaculares que han visto mis ojos. La Karakoram Highway, parte de la antigua Ruta de la Seda, que conectaba el comercio con Asia Central, serpentea desde Islamabad hacia China. Es una de las rutas míticas para muchos viajeros, que pronto se dan cuenta de que las posibilidades son infinitas. Tantas como valles de cuento discurren a lo largo del camino. Algunos son atravesados por carreteras de tierra por el fondo, otros al filo del abismo y otros directamente solo son transitables en 4x4 o a pie.
Viajes largos
Pakistán se recorre despacito y con buena letra
Mentalízate de que en Pakistán los viajes serán extendidos en el tiempo… tanto que a veces podrás estar todo el día rodando. Da igual que el mapa marque pocos kilómetros. A las carreteras destrozadas y llenas de curvas hay que sumar las frecuentes paradas a tomar té, comer, desviarse a ver un primo lejano… Por no hablar de los derrumbamientos de rocas que pueden obligar a esperar a que venga una grúa o a buscar una ruta alternativa mucho más larga. En el sur del país, más indio, no hay tanta curva pero sí muchas poblaciones, tráfico y caos.
Hombres al volante (al 99,99%)
Sonia y Cocaí con un chaval local de Astore
En los países que conozco de Asia apenas nos llevaron mujeres. Más que nada porque ellas apenas conducen, pero además en algunos casos es también por la segregación cultural por sexos existente. En Turquía, Irán o India, si bien casi todos los rides fueron de hombres, hubo algunas ocasiones que nos llevaron mujeres. Sin embargo, en Pakistán no nos llevó una sola chica en seis meses. La separación y los mundos de hombres y mujeres es muy marcada, especialmente en algunas zonas cercanas a Afganistán (baluches y pastunes). Entiendo que este tema pueda incomodar a las viajeras, ya no solo para lanzarse a hacer dedo, sino para incluso venir a visitar el país. Si tenéis dudas al respecto os dejo por aquí el Instagram de Leti Lagarda (@leti_lagarda), joven gallega que viajó por Pakistán a dedo (y otros países estigmatizados) y Paula Belenda (@howimettravel), que lo recorrió en moto.
Camionetas… ¡Y CAMIONES PAKISTANÍS!
En el montacargas de una camioneta, Karakoram Highway
Aunque casi todos los pakistanís querrán llevarte, si vas con perro podrían echarse atrás. Seguramente por eso, nosotros viajamos mucho en el montacargas de camionetas, en el techo de furgonetas… y entre la mercancía de camiones. Una vez incluso dando botes en la parte de delante de un camión. Para quien no lo sepa, los camiones pakistanís son auténticos murales andantes con diseños de lo más variopintos y reconocimiento internacional. Viejos vehículos convertidos en obras de arte llenas de colores y vida (ver la primera foto del post). Así que para mí fue increíble poder subir en un puñado de ellos. ¡Ventajas de viajar con perro!
Territorios vetados y policía militar
Ride con escolta pakistaní
Ojo, porque no todo el territorio pakistaní está abierto al turismo extranjero. Algunas de las hasta hace poco conocidas como “Tribal Areas” las tenemos prohibidas directamente, y otras solo las podemos cruzar con escolta militar. La más sonada entre viajeros es la provincia de Baluchistán. Si vienes por tierra desde (o vas hacia) Irán esa entrada (o salida) de Pakistán, por la que tienes que pasar obligatoriamente, consistirá en un viaje en pickups militares de 600 km por el desierto, parando en checkpoint tras checkpoint para enseñar el pasaporte y esperar el siguiente relevo con hombres armados. También puede ocurrir en Pakistán que en una zona a priori segura y abierta al turismo te asignen escolta. Es verdad que le quita libertad a uno y se puede hacer pesado, pero hay varias ventajas. Son majísimos (más que la policía de ningún otro país que conozca), te ahorran el autostop y supone una auténtica aventura: ¡en ocasiones duermes en la comisaría con ellos!
Nota. Este servicio está cubierto por el Gobierno de Pakistán.
Programar de acuerdo al clima
Pakistán en verano puede ser muy caluroso
Mientras que en el norte hay que tener cuidado con el invierno, en el sur es con el verano. Por un lado frío y posibilidad de quedarse atrapado en alguna población debido a la nieve. Por otro calor y humedad insoportable. Es decir, trata de no viajar por las provincias de Gilgit-Baltistán y la zona de Chitral entre diciembre y marzo, y trata de no hacer lo propio por las provincias de Punjab, Sindh y Baluchistán entre mayo y agosto.
Tienda de campaña en tu mochila
Viajar con tienda es clave para el autostop
Como siempre, recomiendo viajar con una tienda. Es seguramente el artilugio más preciado del autostopista: si llega la noche y no has conseguido “ride” siempre puedes acampar en un prado junto a la carretera. Además, un consejo para los amantes del trekking y el montañismo (preparados a ser posible). Hay rutas de varios días (o semanas) que cruzan valles y pasos de las tres cordilleras trillizas: Hindu Kush, Karakoram e Himalayas. Puedes dejar la carretera unos días y echarle un pulso a estas poderosas maravillas naturales, llenas de bosques, prados floreados, ríos, lagos, glaciares… Échale un ojo al post PAKISTÁN NORTE, ITINERARIO.
CONCLUSIÓN
La aventura está servida por esas rutas de infarto entre montañas al tiempo que compartes con familias en sus coches, das botes entre cajas de frutas en camionetas o tomas té con algún camionero en su obra de arte rodante. Además, como digo, la hospitalidad pakistaní a lo largo y ancho de su territorio está garantizada, lo que se traduce en la invitación a casas locales, tés, comidas y alguna que otra excursión por bellos y secretos rincones que atesoran sus tierras y querrán mostrarte orgullosos.
RECOMIENDO AL 100 X 100 LA EXPERIENCIA DE VIAJAR POR PAKISTÁN A DEDO.
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