México central y pacífico sur, itinerario
Actualizado: 30 ago 2023
La zona centro y pacífico-sureña de México contiene cientos de lugares asombrosos: yacimientos de distintas civilizaciones pre-hispánicas; ciudades coloniales preciosas históricas; volcanes, montañas y bosques llenos de vida; playas maravillosas, tanto o más chingonas que las de la Riviera Maya… Hay cabida para todo aquí, incluso para lagos con plancton fosforescente y cascadas petrificadas… Por no hablar de una cultura de la que todo mortal se enamora al instante. Los paisanos de Veracruz, Oaxaca, Puebla, Guerrero, Michoacán, Guanajuato, Querétaro, Estado de México y del resto de estados de esta parte de México (aunque no los pisé conocí a algunas de sus bellas gentes) te acompañarán en tu ruta y se asegurarán de que la disfrutes. Con toda su buena onda, sus ritmos… ¡Y con sus ricos platillos! Aunque todo está de muerte en México, destacan las gastronomías poblana y oaxaqueña. Estos son algunos de los lugares en que debes parar en esta ruta:
El Tajín
Casitas
Puerto de Veracruz
Tlacotalpan
Catemaco y Reserva Ecológica de Nanciyaga
Huatulco
Puerto Ángel, Zipolite y Mazunte
San José del Pacífico
Hierve el Agua
Mitla
Oaxaca capital
Puerto Escondido
Puerto Suelo
Parque Nacional Lagunas de Chacahua
Marquelia
Zihuatanejo e Ixtapa
Morelia
Pátzcuaro y Tzintzuntzan
Reserva de la Biosfera Santuario de la Mariposa Monarca
Guanajuato
Querétaro
Ciudad de México
Puebla
EL TAJÍN
Uno de los yacimientos más increíbles y desconocidos de todo México te espera en Veracruz. Se cree que estas extensas ruinas dispuestas en una verde explanada cerca de la ciudad de Papantla, fueron un día la capital del imperio Totonaca (apogeo entre los años 800 y el 1150). Otra de las ciento de culturas precolombinas que habitaron estas tierras (como lo oyes my friend, no solo existieron los mayas y los aztecas). Lo mejor de esta visita es que es económica (gratis si tienes carné de estudiante nacional) y no hay nadie. Podrás pasearte por entre las asombrosas y preservadas pirámides y los “Juegos de Pelota” – que no son únicos de mayas – en total silencio y armonía… Vamos, que te sentirás un poco totonaca si te descuidas. Pero además he aquí una sorpresa: los perros son bienvenidos al sitio (al menos allá por diciembre del 2016). El Tajín fue el único yacimiento arqueológico en todo México en el que pude ingresar con mi perra. Por último, vale la pena entretenerse un rato en el Museo de Sitio que queda a la entrada, con muchas curiosidades de las culturas prehispánicas, con especial énfasis en la totonaca.
Por cierto, la famosa Danza de los Voladores o los Voladores de Papantla surgió precisamente en Papantla. Es algo digno de ver, así que te recomiendo que merodees por la zona de los puestos que queda cerca de la entrada al sitio por si estuviesen realizando el espectáculo. Aprovecha también para llenarte la tripa tras la visita: la comida es riquísima con productos 100 x 100 naturales. Y llévate unas frutas recién salidas del árbol para recuperar azúcares y vitaminas que agotarás bajo el sofocante calor de Veracruz.
CASITAS
En el Golfo de México reside esta tranquila villa de pescadores, perfecta para relajarse con los locales. No hay apenas turismo extranjero. La playa es bonita y se extiende por kilómetros. Además de nadar por las cálidas aguas y tumbarse en la arena cual croqueta, se pueden hacer otras cosas interesantes. Lo primero, como siempre, comer. Veracruz destaca por una de las mejores culinarias del país, y este pueblito del Golfo de México no podía ser menos, con una gran variedad de pescaditos y mariscos recién saliditos del mar. Hay mucho que probar así que tómatelo con calma.
Otro de los atractivos del área es el manglar que queda a escasos km al sur. Allí desemboca el río Filolobos produciendo una explosión de vida: pelícanos, garzas, lagartos... Puedes contratar un tour por un precio económico con los guías locales que se encuentran en la misma playa. La excursión consiste en un recorrido en barca por el manglar avistando todo tipo de pájaros, tortugas, cangrejos y peces. También es probable que te lleven a una playa aislada para recorrerla y atender a las curiosidades de las condiciones de agua dulce y salada que allí se producen y el consecuente ecosistema formado. Te puedes llevar a tu perro a este tour.
PUERTO DE VERACRUZ
¡Bienvenidos a la animada, salsera y “marimbera” Puerto de Veracruz! Por esta región los españoles desembarcaron para emprender la conquista de Tenochtitlan, siendo una de las ciudades más antiguas de México, fundada por el mismismo Hernán Cortés. Pero aquí no acaba su importancia histórica. Entre otras cosas, Puerto de Veracruz fue escenario de cuatro duras batallas por la defensa de la soberanía nacional, en las que la población luchó heroicamente contra invasores extranjeros. Y siempre ganó. De ahí que se la conozca también como Heroica de Veracruz. Hoy en día se congregan más de 500.000 almas jarochas, siempre dispuestas a ayudar al viajero. ¡Y a animarle con sus fiestas y sus bailes! Y es que aquí tiene lugar el mejor carnaval del país y se encuentran los mejores antros para bailar salsa y marimba. La comida también es un plus para el viajero, que podrá elegir entre centenares de platillos de tierra y de mar.
La ciudad tiene un encanto especial, destacándose toda la zona centro y el puerto. Algunas de las actividades turísticas son: caminar por el extenso y genial malecón (o paseo marítimo); entrar en alguno de los museos (Museo Naval, Museo de la Ciudad de Veracruz, Museo de la Revolución Mexicana, Casa Museo Agustín Lara); pasear por el Zócalo, lleno de edificios coloniales, incluida la majestuosa catedral; visitar el Castillo de San Juan de Ulúa para empaparse de historia...
En los alrededores hay mucho por hacer también. Por ejemplo, a pocos km al norte queda La Antigua, bella población con exuberante vegetación a orillas de un río donde se instaló en 1525 la Villa Rica de la Vera Cruz. Un poco más al norte quedan las ruinas totonacas de Zempoala. No son tan espectaculares como las de El Tajín, pero merecen mucho la pena. El Museo de Sitio es también muy rico en información.
TLACOTALPAN
Catalogado como Pueblo Mágico con justicia, esta preciosa e histórica población sobre el río Papaloapan y envuelta en un paisaje tipo manglar (muy cerquita de la costa), es una excursión fantástica para hacer desde Puerto de Veracruz (tan solo 100 km al sur). Las casas coloniales de colores, las iglesias y la excelente ubicación harán que disfrutes cada paso que des en Tlacotalpan.
Foto tomada de visitmexico.com/es
CATEMACO Y RESERVA ECOLÓGICA DE NANCIYAGA
Pueblo que goza de una ubicación inmejorable: se puede ir a la jungla, a la playa y, por supuesto, surcar las aguas de la preciosa Laguna de Catemaco. Salen muchas lanchas desde varias embarcaciones a lo largo del animado malecón. Como vas a tener cara de turista no tendrás que preocuparte por encontrarlo… Ya habrá una decena de “guías” que se encargarán de ello. En esta excursión lacustre, aparte de paisajes sensacionales, divisarás cientos de aves y, atento, unas cuantas especies de monos… ¡No autóctonos! Resulta que en 1974 la Universidad de Veracruz inició un estudio de investigación, para lo cual introdujo en una de las islas de esta laguna monos macacos nativos del sudeste asiático y de Puerto Rico. Antes de que el estudio terminara, los pescadores de Catemaco se percataron de los beneficios a nivel turístico que esto suponía. Aunque es muy impresionante observar a estos primates, este espectáculo no me parece muy moral que digamos.
Pero se pueden ver también monos autóctonos en libertad en la Laguna. Concretamente el mono aullador y el mono araña. Para esto lo mejor es ir a la bella Reserva Ecológica de Nanciyaga. Hay dos opciones: 1) Pedirle al barquero/guía que te deje en la Reserva y quedarte a acampar allí (camping La Jungla). Es un sitio mágico donde uno puede echar la tienda y disfrutar del ambiente selvático y, con suerte, avistar algunos monos. 2) También se puede llegar a la Reserva por una carreterita de tierra desde Catemaco si no quieres hacer lo del tour por la Laguna. Hay camionetas que cubren el trayecto. Los perros son bienvenidos en la Reserva.
Otra excursión interesante a hacer por Catemaco es la ruta circular playera que pasa por Sontecomapan y Monte Pío (entre otros), con playas, cascadas y lagunas increíbles, aparte de las hermosas gentes que habitan esos lares.
SANTA MARÍA DE HUATULCO
México es mi país favorito. Y Oaxaca mi estado favorito. Quizás Huatulco no es el destino ideal para el mochilero, ya que es todo muy fresa en esta ciudad. Yo recomiendo pasarse por la playa a darse un baño en esas aguas bien azules y seguir hacia lo que se viene: lo mejor.
PUERTO ÁNGEL, ZIPOLITE Y MAZUNTE
Estas tres poblaciones sensacionales las meto juntas porque están muy cerca:
Puerto Ángel. Pueblo de pescadores muy auténtico, poco turístico en comparación a sus dos vecinos. Ideal para conocer la cultura local.
Zipolite. El oasis para una vida relajada y playera de pies descalzos. Aquí se combinan locales, viajeros mexicanos y extranjeros en un mejunje perfecto para descansar, bañarse, socializar, saborear ricos manjares y cheves… Es uno de esos sitios “peligrosos” donde el viajero puede quedar fácilmente atrapado. El pueblo es sencillo, con varias calles con locales de comida y puestos varios de artesanos. La playa principal es maravillosa (cuenta con un par de campings), pero hay más. En un extremo al final de la misma puedes subir una loma y bajarla para llegar a la nudista Playa del Amor, una calita recogida magnífica para snorkelear y buscar seres marinos entre las rocas. En el otro tienes un cerrito desde cuya cima los atardeceres son de película.
Mazunte. Parecido a Zipolite: atmósfera hippy que respira gente caminando sin zapatos. Ideal para disfrutar y relajarse en el camino. Más grande y quizás más turístico que su vecino. La playa es hermosa y también puedes visitar la aledaña, extensa y poco concurrida Playa Mermejita. Para llegar aquí tienes dos opciones: por el interior del pueblo y, la mejor sin duda, por Punta Cometas. Esta es una pequeña cima desde la que se observan atardeceres únicos tras pasar un sendero custodiado por vegetación costera (¡cuidado con los pinches mosquitos!). Desde Punta Cometas se puede bajar directamente a Mermejita.
SAN JOSÉ DEL PACÍFICO
A tu llegada los locales te dirán que la actividad estrella es ponerse hasta las cejas de hongos alucinógenos y experimentar un temazcal… ¡Ok, no voy a negar que sea verdad! Pero hay más en este bello pueblito de la sierra de Oaxaca (a más de 2000 m de altitud). Aun así, empecemos por lo evidente…
Este pueblo de montaña reúne las condiciones idóneas para el crecimiento de varias especies de setas mágicas, y es algo ya tradicional para locales y viajeros consumirlas. Los bosques de alrededor son el lugar perfecto para disfrutar del viaje. Conseguirlos es tan fácil como preguntar por el pueblo. Por otro lado, es muy habitual en esta zona otra práctica milenaria inventada y usada ya por diversas culturas indígenas de Mesoamérica. Hablamos de los temazcales, un ritual de desintoxicación por sudoración con propósitos medicinales. A diferencia de las saunas, esta práctica se lleva a cabo en una especie de tipis de barro cerrados con piedras calentadas en el fuego previamente por el chamán, que también ha prepara un té/infusión con hierbas de la zona. Una vez dentro (desnudos a ser posible), nuestra tarea consiste en mojar una rama en el té y a continuación tocar las piedras calientes. La pequeña estancia se llenará de aromas de plantas que penetrarán por tu nariz e invadirán todo tu cuerpo. La “ceremonia” termina con una ducha de agua tibia por parte del chamán. El bosque que queda a tu alrededor tiene otra forma, color, sonidos y olor. Experiencia sublime.
Como decía al principio, hay otras cosas que hacer en San José. Por ejemplo, comer: Dios, qué cosas más ricas (y naturales) se pueden experimentar en estas tierras. Por decir dos platillos típicos de Oaxaca: tlayudas y enmoladas. Sin olvidarnos del chocolate Oaxaca. ¡Ñam! Puedes leer más sobre la maravillosa gastronomía mexicana en este post. Otro imprescindible: pasear por los verdes alrededores. Puedes subir por las montañas en busca de vistas alucinantes. La excursión a pie hasta San Mateo es un poco larga, pero vale la pena, caminando por el bosque y con un lindo río que serpentea por ahí. Allí espera otra población mágica y espiritual.
HIERVE EL AGUA
Un lugar “jurásico” en medio de una frondosa naturaleza que te obsequiará con unas cascadas petrificadas formadas por carbonato cálcico. Es uno de los paisajes más locos que jamás hayan contemplado mis ojos: para que la gente lo entienda, podríamos decir que es algo así como estalactitas gigantes que nacen en lo alto de un cerro y que caen sin llegar a tocar el suelo. Hoy día siguen cayendo poco a poco agua por esas cascadas, lo que terminará por hacer que lleguen a “tocar fondo” cierto día (lo cual ninguno de nosotros veremos). Los tonos dorados y blancos de estas formaciones son algo también destacable. Mejor vean una foto para entender de lo que estoy hablando:
Todo esto se acompaña de unos baños fantásticos en plena cima del cerro en unas charcas naturales y una alberca creada a partir de los manantiales que dieron origen a las cascadas. Desde allí las vistas son sensacionales. Este es definitivamente un lugar mágico para encontrar la paz y sonreír en la inmensa naturaleza. ¡Perros bienvenidos!
MITLA
Yacimiento arqueológico sensacional que nos dejaron los zapotecas. No hay mucho turismo, lo que le da un toque más mágico si cabe, pudiendo recorrer la ciudad con calma. La iglesia que fue construida en pleno yacimiento, si bien es un maldito sacrilegio, le da un toque curioso. Menuda mezcla. Los cactus que por allí habitan molan mucho también. Los perros NO pueden entrar.
OAXACA CIUDAD
La capital y ciudad más grande de Oaxaca es otra de las atracciones del estado. Uno: por sus gentes, que retienen las raíces de sus ancestros nativos de esas tierras; dos: por su fantástica arquitectura colonial; tres: por sus mercados llenos de colores y aromas… Quizás lo más característico que uno puede encontrar son esas cestas rebosantes de chapulines, unos grillos que se pasan por la sartén, se les añade un toque de limón (y chilito)… y pa’ nuestros bodies.
Pero hay más en la gastronomía oaxaqueña… ¡Mucho más! Considerada como una de las mejores de todo México (para mí la mejor 😊) podemos encontrar: diferentes tipos de mole, siendo quizás el mole negro el más popular (¡lleva chocolate!); las tlayudas, unas tortillas gigantes rellenas de sabrosos ingredientes (pídela con tasajo si no eres vegetariano para probar una carne típica de Oaxaca); las memelas (sopes)… El delicioso quesillo o queso Oaxaca suele venir en diferentes platillos como las tlayudas o las memelas, pero es algo digno de experimentar a secas también. Y por supuesto el mezcal, originario de este estado. ¡Este aguardiente de agave te pondrá como Las Grecas! Como postre, o en cualquier momento, siempre te estará esperando el maravilloso chocolate Oaxaca. ¡No mames, que delicia!
Además, cerca de la ciudad hay varias cosas que hacer. A tan solo 10 km de la ciudad se encuentra uno de los sitios arqueológicos más importantes del país: Monte Albán. La excursión a Santa María del Tule también está chida. Aquí, además de bellas gentes y deliciosos platillos, tendrás el honor de conocer al que dicen ser el árbol más ancho del mundo, con un tronco que sobrepasa los 14 metros de diámetro. Este tule (también conocido como sabino o ahuehuete), además, sobrepasa los 2000 años de vida. ¡Y quién lo diría, porque está hecho un chaval!
PUERTO ESCONDIDO
Volvemos a la costa oaxaqueña de la mano de otra joya playera. La propia ciudad y su playa (Zicatela) molan, pero no son, en mi opinión, para tirar cohetes, con decenas de chiringuitos esparcidos por toda la línea litoral y mucha gente. Sin embargo, a escasos pasos, saliendo de Pto Escondido, tenemos unas playas brutales para los que nos gusta la tranquilidad y los escenarios bonitos. Y también para los surfistas, que hay olas de las buenas por esta zona. Dos playas alucinantes son Carrizalillo (cuenta con un camping en la entrada) y Bacocho. Esta última se extiende hasta el infinito y más allá. Hay un pequeño centro biológico de recuperación de tortugas desde donde todas las tardes, a última hora, liberan al mar a estos simpáticos seres en peligro de extinción. Puedes hacer una donación para liberar tú mismo a una o simplemente observar cómo todos les abren las alas.
PUERTO SUELO
Al oeste de Puerto Suelo, y tras dejar atrás la bella Laguna Manialtepec (parada recomendada en la ruta), espera un diamante en bruto que pasa desapercibido por casi todos los viajeros (e incluso los locales. Allí no hay más que cuatro casas de madera en la playa y un par de familias viviendo, pero vale la pena. Para llegar tienes que tomar el primer desvío después de la Laguna Manialtepec que sale a la izquierda, dejando la carretera principal y entrando en una de terracería. Tras varios km llegarás a una laguna, ya a escasos metros del mar. Si la barquita no está en tu lado, grita para que alguien acuda a buscarte. Si nadie acude tendrás que lanzarte al agua y nadar. Hay varios carteles en el camino hasta allí que indican que es zona de cocodrilos, pero al menos según los locales eso es mentira ¡y los ha puesto el gobierno de Oaxaca para no tener que invertir en infraestructura de carretera en la zona! Bueno, un poco odisea, pero como digo vale la pena al 100 x 100. Una vez allí, aunque podrás acampar en la playa, si te quedas con la simpática Juanita (y Julio) en su palapa fomentarás el turismo local. Es barato poner ahí la tienda ¡y cocina que te cagas! La playa es gigante y bestial de bonita.
Tiene además una desembocadura de río muy chula en la que se mezcla el agua fría con la caliente del mar. Mola bañarse ahí porque se forman corrientes extrañas, pero puede ser un poquito peligroso. Y falta lo más importante y característico del sitio. La magia del lugar, la razón por la que insisto en venir aquí es porque hay una pequeña laguna frente al mar que recibe agua marina cuando sube la marea. Esta agua, y toda su vida, queda retenida en la laguna... Por la noche en el cielo brillan las estrellas… Y en la laguna lo hacen los microorganismos del plancton. ¡A bañarse entre luces se ha dicho! Y con la luz del día es así de hermosa:
PARQUE NACIONAL LAGUNAS DE CHACAHUA
Si te has saltado Puerto Suelo no te preocupes, porque tienes otra oportunidad para nadar entre estrellitas. Este complejo de varias lagunas a la vera del océano conectadas por estrechos canales es uno de mis lugares favoritos no ya de México, de La Tierra.
Para llegar hay que hacer una especie de yincana: trayecto costero desde Puerto Suelo dirección oeste hacia Guerrero, bien a dedo, en tu coche, o en unas combis que salen desde una terminal de Puerto Escondido. Estos minibuses te dejarán en un pueblo cerca del desvío que lleva a la entrada (el pueblo es Río Grande), y de ahí puedes cubrir los km que faltan al desvío (o lo que es lo mismo, la entrada al Parque) en un taxi (o a pie si te atreves bajo el infernal calor). En la entrada al Parque habrá servicios de transporte “a demanda” (salen únicamente cuando están todos los asientos cubiertos) que te llevan a la primera población dentro del Parque, El Zapotalito, que ya se encuentra a orillas de una de las lagunas. Desde aquí puedes visitar por tierra el interesante pueblito de Cerro Hermoso y sus playas (de mar abierto). Pero la yincana no ha terminado para llegar a lo más asombroso.
El lugar más especial, por su belleza y porque es desde donde se puede vivir más intensamente el fenómeno de la bioluminiscencia debido a que se halla justamente en la unión de la laguna con el mar, es el punto accesible más remoto dentro del Parque. Hay varias opciones para llegar hasta aquí: 1) directamente en lancha desde Zapotalito atravesando la laguna en su totalidad, un estrecho canal y otra laguna (si tienes tu propio kayak lo puedes hacer por tu cuenta, pero como me dijeron unos chavos que conocí que lo habían hecho, el viaje es largo y extenuante); 2) la más aventurera (y barata), un trayecto corto en bote hasta la otra orilla de la primera laguna y a continuación subiéndote a bordo de unas camionetas que atraviesan esas desoladas tierras por una carretera de arena que discurre entre la laguna y el mar. Una vez allí estarás en el paraíso.
Un buen lugar en el que quedarse para siempre (el único inconveniente es que la comida es más cara). Actividades a hacer: conocer a los locales y probar sus exquisitos platillos; caminar por la infinita playa de cocoteros y bañarse en sus cristalinas aguas; cruzar a la pequeña comunidad que queda enfrente y subir una pequeña loma donde hay un faro y unas vistas espectaculares de la unión laguna-mar, las playas y de toda la vegetación que conforma el paisaje; y, por supuesto, la actividad por excelencia: un tour nocturno en barca por la laguna. Lo mejor es hacerlo en Luna Nueva o un poco antes o después de la misma para que sea más fácil observar las luces en el agua. Si hay luna llena (o cerca de) el paseo se hará en la medida de lo posible sin luna. O sea, a veces se saldrá nada más caer la noche, mientras otras veces la excursión se hará al final de la misma, según la luna en ese momento le esté dando por salir después o antes respectivamente. Sea como sea, la actividad es alucinante, pudiendo bañarte en mitad de ese espectáculo de luces. Perros bienvenidos al Parque Nacional.
MARQUELIA
Pequeña ciudad costera del estado de Guerrero poco transitada. Esto se debe a que, en general, Guerrero ha ganado una mala reputación en cuanto al narcotráfico en los últimos tiempos. La ciudad no ofrece demasiado, pero la playa es una de las más bonitas de México. En su zona inicial tiene muchas palapas (chiringuitos) donde puedes almorzar platillos súper sabrosos recién saliditos del mar (además, probablemente alguna familia te dejará quedarte con tu carpa porque la gente es encantadora). Ahí mismo tienes también la desembocadura de un pequeño río (cuidado con las corrientes) para entretenerte un rato. Al alejarse de la zona de las palapas y mercados esperan kilómetros y kilómetros sin fin de arena blanca custodiados por palmeras por todas partes. Resumiendo, una maravilla para los que nos gusta comer, el sol y la playa.
ZIHUATAJENO E IXTAPA
¡Un poco más de Guerrero para demostrar que no todo el que va acaba en el otro barrio! Zihuatanejo es probablemente la zona más turística del estado junto con Acapulco. Desgraciadamente, por la razón del narcotráfico el turismo se ha visto muy afectado. Ofrece cuatro o cinco grandiosas playitas, cada una diferente a su manera. Algunas son más para socializar y tomarte un agua de coco de algún puesto o unas frutas picantes preparadas por algún vendedor ambulante. Otras son más para los que disfrutan del silencio y la tranquilidad. ¡Así que tú eliges! Por cierto, la ciudad es un poco parte-piernas con tanta cuestecita, pero esto es una ventaja porque cuenta con miradores muy chulos desde los que observar las playas y el mar.
A pocos km de allí queda Ixtapa, un oasis playero: Playa Linda. Es una auténtica pasada, perfecta para relajarse sin hacer nada unos días. Hay un camping allí mismo que está bien de precio. Puedes hacerte con provisiones para subsistir en la playa bajo las palmeras en la población de San José Ixtapa, en el interior (no Ixtapa playa). Aprovecha el viaje para escuchar batallitas de sus habitantes y para, como siempre, comer rico y barato en alguna taquería o restaurante familiar.
MORELIA
Nota. Aunque hay muchas playas a lo largo de Michoacán, yo no las conocí. Así que aquí no vamos a hablar de la costa michoacana, sino de su magnífico interior.
La capital del estado posee un importante acervo arquitectónico, cultural e histórico, siendo una de las más bonitas ciudades de México (Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1991). Es conocida y distinguible por sus canteras rosas, su majestuoso acueducto y su centro histórico de estilo barroco fundamentalmente, en el cual residen más edificios catalogados como monumentos arquitectónicos que en cualquier otro rincón de México. La Morelia que hoy se puede ver es la misma que pisaron sus habitantes y colonos en el siglo XVI. Más de doscientos majestuosos edificios llenos de historia, testigos de un pasado de esplendor esperan en esta ciudad mexicana orgullosa de compartir arte, cultura e historia con cada persona que la visita. Mucho a destacar: su privilegiada catedral rosa, el acueducto y el Bosque Cuauhtémoc sus innumerables templos e iglesias, las casonas de héroes nacionales como Morelos, Iturbide o García Obeso, sus tranquilas plazas… Tampoco puedes perderte sus interesantes museos, como la propia Casa de Morelos, el Museo Regional Michoacano y el mejor para los golosos: ¡el Museo del Dulce! Y muchos más rincones secretos que descubrirás en esta parada obligada en tus itinerarios por México.
PÁTZCUARO Y TZINTZUNTZAN
Pueblo Mágico de Michoacán de casitas blancas y rojas frente a una hermosa laguna que rezuma historia. Precolonial y colonial. Aquí se erigió una de las primeras ciudades de los purépechas (1330) aunque para cuando llegaron los españoles la capital se había movido a Tzintzuntzan (donde aún se conserva el yacimiento arqueológico de la ciudad), quedando prácticamente abandonada. Pátzcuaro recuperaría su potencial más adelante, con la invasión de los españoles, convirtiéndose en una bella ciudad de arquitectura colonial que eclipsa el dolor y la sangre derramada. Para remontarse a los “viejos” tiempos recomiendo la novela histórica-ficticia “Otoño Azteca”, de Gary Jennings y continuación de “Azteca”.
No solo la belleza de las casas, patios, iglesias, calles, plazas y parques hace que sea una parada obligada de Michoacán. Hay muchos otros atractivos. Lo más destacable:
La preciosa Laguna de Pátzcuaro. Puedes visitarla simplemente por su perímetro, tumbándote en la orilla, pero también tienes la opción de hacer un tour en lancha avistando aves, y visitando una islita muy turística: Janitzio
Janitzio. Allí hay un monumento a José María Morelos que todo el mundo quiere ver. Lo malo es que hay una cola que flipas para montar en barca (yo de hecho no lo hice).
Celebración del Día de Muertos (a principios de noviembre). Michoacán es el estado con mayor tradición y fuerza en esta fiesta, habiendo eventos en todos los pueblos y comunidades. Pero si hay un sitio famoso en esta oda a los que nos dejaron, ese es precisamente Janitzio.
Mercados y puestos de artesanías y comidas. La artesanía de Pátzcuaro es famosa en todo el país: bella alfarería, cestería y artículos lacados. Y la comida es deliciosa.
Sitio arqueológico de Tzintzuntzan. A escasos km reside el pueblito de Tzintzuntzan, una visita necesaria para el viajero. Además de la imponente catedral y de la también accesible laguna, aquí tenemos las fantásticas ruinas de la civilización Tzintzuntzan coronando el pueblo y la laguna. Deléitate con lo que queda de las construcciones de esta antaño importantísima ciudad y aprende en el museo de sitio que hay en el recinto.
RESERVA DE LA BIOSFERA DE LA MARIPOSA MONARCA
Si, como yo, eres biólogo, seguro que te resulta familiar la migración de la mariposa monarca. A nosotros nos lo metía el profe de zoología hasta en la sopa: “¡¡el ejemplo más alucinante de migración masiva de un insecto!!”.
Pues aquí vienen a descansar estos lepidópteros durante unos cuantos meses (de finales de octubre a principios de marzo aproximadamente) tras la larga migración desde el sur de Canadá (¡hacen más de 8000 km!). Y es pura magia verlas ahí a todas refugiadas en las ramas de los árboles de estos bosques caducifolios de Michoacán (y del estado de México, que la Reserva es enorme). ¡Y volando por todas partes! Dos factores para verlas en plena actividad voladora: 1) los meses de febrero y marzo es cuando están más activas, preparándose para migrar de vuelta a Canadá; 2) un día soleado que les dé energía para batir las alas. Bueno, pues yo las vi a finales de diciembre y en un día nublado y aun así me enamoré del lugar. Además, el paseo por esos bosques hasta llegar a su santuario es precioso. A la vuelta puedes parar en alguno de los puestos de la entrada a tomarte unas ricas quesadillas de maíz morado. O bueno, ¡lo que gustes!
Hay hasta cinco entradas distintas al Santuario. Dos de ellas están en el estado de Michoacán, probablemente las más bonitas: El Rosario y Sierra Chincua. Las dos quedan cerca del Pueblo Mágico Angangueo, que merece una visita del viajero. Las otras tres en el estado de México. Métete en el siguiente enlace para descubrir más: https://www.mexicodesconocido.com.mx/mariposa-monarca-santuarios-mexico.html
Por cierto, los perros pueden entrar al Santuario.
GUANAJUATO Y SAN MIGUEL DE ALLENDE
¡La ciudad más bonita del país (y casi casi del mundo diría yo) lleva el nombre de Guanajuato! Hay que conocer este tesoro que rezuma historia y que contiene diamantes arquitectónicos, gemas por personas y oro por comida (no te vayas de ahí sin probar las enchiladas mineras y las gorditas). En Guanajuato capital y otras ciudades cercanas (Dolores Hidalgo, fundamentalmente) tuvieron lugar acontecimientos históricos muy importantes en relación con la independencia de México de la mano de personajes de la historia mexicana de la talla de Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y Juan Aldama. Por ejemplo, la Toma de la Alhóndiga de Granaditas. Pero esto no es un relato de la historia de México, ¡que nos perdemos luego (¡y tampoco la quiero cagar!)! Lo mejor de Guanajuato es simplemente pasearse sin rumbo por sus calles y sus hermosas plazas admirando los edificios, iglesias y templos, así como el ambiente guanajuatense que se respira. Pero hay algunos puntos obvios que tienes que visitar. Por ejemplo:
El Cerro Panecillo y el Monumento al Pípila. Se sube a uno de los diversos cerritos que hay desperdigados por la city para obtener una panorámica de Guanajuato asombrosa. Como en la foto de abajo:
Además, allí arriba aguarda el Monumento al héroe Pípila, del que cuenta la leyenda que para recuperar la ciudad invadida por los españoles caminó arrastrándose hasta la Alhóndiga de Granaditas cargando una piedra en la espalda para repeler los disparos de los enemigos (una leyenda es una leyenda, ¿vale?) y a continuación prendió fuego a la puerta, por donde comenzaron a entrar los demás insurgentes. De no haber sido por el arrojo del "Pípila", Hidalgo no hubiera tomado Granaditas y la suerte de la insurrección habría sido otra. La independencia de México obviamente se habría terminado consumando, pero quién sabe cuánto tiempo más tarde, en qué condiciones y a costa de qué sacrificios.
Mercado Hidalgo. Lleno de bullicio, olores, artesanías locales y comida por todos lados.
Museo de las Momias de Guanajuato. Aunque algo tétrico y bajo mi punto de vista morboso, esta colección de momias naturales es una de las más grandes del mundo y mejor conservadas, y solo por ello merece ser visitada. Ofrece un encuentro único, íntimo y profundo con la muerte.
El Callejón del Beso. Aquí viene la gente con la excusa perfecta para morrearse no nos engañemos. ¡El trasfondo nos la pela a todos!
La Presa. Esta excursión a una presa que queda a las afueras y la subida al cerrito que la custodia es algo menos popular de hacer, pero vale la pena muchísimo. El paseo es muy chulo y las vistas desde ahí arriba son magníficas, con la ciudad de Guanajuato embutida entre las peladas montañas, solo pobladas de algunos cactus por ahí desperdigados.
Por último y no por ello menos importante, Guanajuato es sede de dos de las festividades de más renombre en México.
El Festival Internacional Cervantino. Esta fiesta de la cultura tiene lugar a lo largo de tres semanas en el mes de octubre por toda la ciudad, en teatros y plazas. Si bien vienen artistas de muchos rincones del mundo, cada año se nombra un estado mexicano y un país como invitados de honor, centrándose muchos de los eventos en el patrimonio cultural de los mismos. Por ejemplo, en la próxima edición de 2018 los invitados son Aguascalientes y la India. Los artistas dan un recital de obras de teatro, danzas y conciertos que invitan a todos a venir y pasarlo como nunca.
La Fiesta de la Independencia. Todos los años, la noche del 16 de septiembre la gente se reúne en la plaza para entonar al unísono el grito de la independencia (“¡viva México cabrones!”), rememorando lo que hoy día sigue siendo considerado el momento en que se inició el levantamiento en armas para la independencia (1810). El evento de El Grito es muy popular en Guanajuato capital, a pesar de que fue en Dolores Hidalgo donde se produjo (de hecho el nombre completo del evento es El Grito de Dolores). Hablando de lo cual…
Al menos dos poblaciones aledañas merecen la visita del viajero: la recién mencionada Dolores Hidalgo, por su historia y su belleza, y San Miguel de Allende, un pueblo precioso y medio hippie.
SANTIAGO DE QUERÉTARO
Con un chorro de historia también, esta ciudad barroca posee un Centro Histórico colonial precioso y conservado, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: templos, conventos, edificios civiles y calles armoniosamente trazadas con una notable limpieza y seguridad. En pleno centro puedes encontrar una gran oferta gastronómica (desde restaurantes familiares hasta cantinas tradicionales) y de vida nocturna (¡de los mejores destinos en México para salir y pistear!). Por algo será uno de los destinos sin playa más visitados de México.
Foto tomada por Verónica Moreno Cruz
Las principales atracciones son el acueducto formado por 72 arcos de cantera rosa (Patrimonio de la Humanidad) y las distintas iglesias y catedrales. Santa Rosa de Viterbo, de estilo barroco, es sensacional. Ya fuera de la ciudad no puedes perderte la Ruta del arte, queso y vino, abarcando (entre otros) los Pueblos Mágicos de Bernal con su Monolito gigante y Tequisquiapan con sus viñedos.
CIUDAD DE MÉXICO Y ALREDEDORES
Yo no conozco la capital y ciudad más grande del país (y de América). Pero en esta ruta de itinerarios hay que incluirla por todo lo que es: un pozo rebosante de historia. No solo de la contemporánea… Estamos ante la cuna de los aztecas... Y tumba, porque la Ciudad de México se construyó literalmente encima de la próspera y fascinante capital del imperio mexica/azteca: Tenochtitlán. Además, para los amantes de la naturaleza, hay que decir que cuenta con unos alrededores de montaña espectaculares que incluyen tres Parques Nacionales – PN Itzacchihuatl-Popocatepetl, PN El Tepozteco, PN Cumbres del Ajusco –, y queda cercano a de la Reserva del Santuario de la Mariposa Monarca (descrito arriba).
Qué se puede hacer en Mexico City:
Caminar por el Centro Histórico, deleitándose con la mezcla de vida urbanita y edificios históricos: la Catedral Metropolitana, el Palacio Nacional, el Edificio de Gobierno y el Museo del Templo Mayor (en Plaza de la Constitución), el Palacio de Bellas Artes...
Foto tomada por Erik Yáñez
Momento cultura en alguno de los múltiples museos. El abanico es enorme y no vamos a verlos todos obviamente. Quizás los más merecedores de una visita son: el Museo Nacional de Antropología y la Casa de Frida Kahlo.
Desconectar del caos urbano en el Bosque de Chapultepec. Aunque es un parque, su gigantesca extensión le da el honor de ser denominado bosque. Es el lugar perfecto para escapar de la gran metrópoli y respirar algo de aire puro. Dentro del “bosque” hay de todo: fuentes, monumentos, museos, áreas deportivas, y hasta una feria y un zoológico.
Observar las artesanías y productos locales en el Mercado de Sonora… ¡Y comer! En este mercado existen más de 400 tiendas y se vende todo lo que te puedas imaginar.
Paseo en trajinera por los canales de Xochimilco.
Foto tomada por Erik Yáñez
Visitar el Yacimiento Arqueológico de Teotihuacán. A tan solo 45 km se encuentra esta reliquia. Se desconoce cuál era la identidad étnica exacta de los primeros habitantes de Teotihuacán. Entre los candidatos se encuentran los totonacos, los nahuas y los pueblos de idioma otomangue, particularmente los otomíes. Sea como sea, estas ruinas pertenecen a lo que fue una de las mayores ciudades prehispánicas de todo Mesoamérica, cuyo máximo esplendor se situó entre los siglos III y VII. Su magnificencia hace que sean el yacimiento más visitado en México, por delante incluso de Chichén Itzá.
PUEBLA
Dice la leyenda que en Puebla hay más iglesias que personas. Una de las ciudades más bonitas del país, con una arquitectura de corte colonial y rodeada de montañas y volcanes. ¡Ven a disfrutar de su Centro Histórico y de la gastronomía poblana! La comida es una de las más ricas del país (sino la mejor según muchos). Destacan el mole poblano y el chile en nogada, pero hay miles de platillos.
Una excursión interesante para hacer es a la vecina Cholula. Aquí, además de poder pasearse por unas pintorescas calles y un mercado lleno de colores, aromas y sabores, se puede subir a lo alto de una colina donde espera una iglesia que corona el antiguo asentamiento de Cholula. Es muy loco estar al lado de una iglesia con unas ruinas prehispánicas a tus pies. Las vistas de Puebla y las cordilleras son fantásticas. Otra posible excursión es al Cerro Zapotecas, un cono volcánico a tres escasos km del centro de Cholula y que se eleva hasta los 2380 metros.