Pakistán sur, itinerario

No son muchos los que se “atreven” con Pakistán y, por tanto, descubren este increíble diamante en bruto. Sus montañas trillizas del norte –Himalaya, Karakoram e Hindu Kush–, haciendo frontera con países tan diversos como India, China, Afganistán (y casi Tayikistán), son una oda a la naturaleza. Allí aguardan ríos, lagos, glaciares, puentes colgantes kilométricos, bosques muy variopintos e incluso desiertos helados a los que se puede llegar después de viajes épicos por carreteras tortuosas. Algunas con importancia histórica en la Ruta de la Seda entre el subcontinente Indio y Asia Central, como la Karakoram Highway. El sur, por otro lado, es un mundo muy distinto: caluroso, caótico, primo-hermano de la India, y con una gran historia detrás, la de la civilización del Valle del Indo.

Pero hay algo aún más maravilloso que todo eso, al menos para los que después de tantos años viajando hemos entendido cuál es el sentido de todo: el pueblo pakistaní. Punjabis, sindis, pastunes, chitralis, sina, kashmiris, baluches… todos ellos grupos étnicos de lo más variados pero con una característica en común: su generosidad y hospitalidad sinigual. Conocer cada uno de estos pueblos es razón más que suficiente para recorrer el país de cabo a rabo (nosotros estuvimos más de medio año y no se me hizo pesado para nada), y por eso yo aquí voy a recomendar un itinerario detallado del norte (como el que hicimos), de Islamabad para arriba, con un tiempo recomendado de tres meses (¡si es más mejor!) y otro del sur más corto, de Lahore y Punjab para abajo. El primero está descrito en el post PAKISTÁN NORTE, ITINERARIO.

Nota 1. Itinerarios adaptados de nuestra estancia. La primera vez entramos desde Irán (Taftan Border) y la segunda desde India (Wagah Border).

Nota 2. El clima es muy variable en función de la época del año. El sur es muy caluroso en verano y conviene explorarlo entre otoño e invierno. El norte es frío de noviembre a marzo y es mejor hacerlo entre primavera y otoño.

TIEMPO RECOMENDADO: 2-3 SEMANAS

LAHORE

“Lahore es seguramente la ciudad más bonita, viva e interesante del país. La capital de Punjab se caracteriza por su larga historia y su importancia en la actualidad y en los Imperios pasados. Solo hace falta atravesar los muros y penetrar en la Walled City para darse cuenta enseguida de que ahí se respira un pasado legendario... La mezcolanza de las gentes de Lahore moviéndose por ese caos que recuerda a India es el sello distintivo. Mujeres envueltas en telas y prendas de colores, niños corriendo, adolescentes con ropas tradicionales que les hacen parecer adultos, hombres con barba mirándote curiosos, señores mayores leyendo el periódico. Los olores, los colores, los sonidos que brotan de cada esquina, de cada negocio, de cada mezquita”. Extracto de El Pekín Express Canino.

Qué ver y hacer

Badshani Masjid. Se trata de la mezquita más espectacular de Lahore y una de las más bellas del mundo. De arquitectura mogol, construida por el Emperador Aurangzeb en 1673, está hermanada con la Jama Masjid en Delhi. Si subes a la terraza del cercano Haveli Restaurant se obtienen vistas privilegiadas de la mezquita.

Bazaar de la Walled City. Perderse entre los estrechos y ajetreados callejones y charlar con los comerciantes es lo más cautivador de Lahore. Además, puedes entrar en la Wazir Khan Mosque, del siglo XVII, también mogol y casi tan fascinante (o más) que la de Badshani.

Probar comida en puestos. Hay muchas frutas, bebidas y comidas a probar en Lahore. A mí me conquistó el zumo de caña de azúcar con limón, el más rico y refrescante que he probado nunca.

Alojamiento

Hay una gran oferta de hostels y habitaciones. Yo no puedo recomendar ninguno porque las tres veces que vine me quedé en casas de gente local (¡y una guardería para mascotas!). Si viajas con perro te recomiendo utilizar Couchsurfing. No hay ningún camping que yo sepa.

HARAPPA: VALLE DEL INDO I

“… cuando estábamos confinados en India me leí un libraco llamado “World History”, en cuyos capítulos iniciales hablaba de las cuatro primeras grandes zonas con civilizaciones propiamente dichas: Mesopotamia, Egipto, China y el Indus Valley. De todas ellas, la última es quizá de la que menos conocimiento se tiene… se desarrolló a lo largo del valle del río Indo, abarcando más de un millón de kilómetros cuadrados (hoy día Afganistán, Pakistán e India). Tuvo su auge entre los años 3500 y 1300 a. C... En el momento máximo de su florecimiento se estima una población de cinco millones de habitantes... Frente a los alrededor de 300.000 en Mesopotamia en el año 2500 a. C. ¡Estos indios marcando diferencias de natalidad desde los albores de la historia! Los asentamientos más importantes fueron Harappa, Mohenjo Daro, Merhghar y Lothal. Nosotros visitaríamos los dos primeros, empezando por el primero aquella misma mañana. Como siempre en Pakistán, nuestra experiencia fue más allá de aspectos meramente culturales. No solo dormimos con escolta, sino que también visitamos los asentamientos (ambos) escoltados, volviendo a sentirnos celebrities de paseo por Pakistán para rebobinar en la historia”. El Pekín Express Canino.

Es increíble poder estar en semejante lugar. Aunque no vayas a visitar el sur de Pakistán considera hacer una excursión a Harappa desde Lahore. Es algo distinto de ver en el país.

Alojamiento

No hay infraestructura en Harappa y el pueblo más cercano, sino en la propia carretera, a unos 6 km del asentamiento arqueológico. Tampoco se puede acampar por allí cerca en teoría. Sin embargo, si te ven como a nosotros instalando la tienda quizá te dejen dormir dentro del complejo.

MULTÁN: PROFUNDIZANDO EN PUNJAB

“‘THIS FEELS LIKE INDIA!’, exclamó Sonia cuando hicimos una parada en un pueblo. No podía ser más verdadera esa frase. Ya lo habíamos sentido desde que habíamos puesto un pie en Punjab. Desde Lahore. Pero a medida que íbamos bajando en el mapa esa sensación se acentuaba. El tráfico, el caos, los ruidos, la música, los olores, los sabores, los colores, los trajes de la peña, sus rostros, su forma de interrelacionarse, las tiendas y puestos de comida, los animales sueltos y libres por la carretera, la basura y desorden, los paisajes... Y el clima. Sobre todo el clima. La atmósfera ardiente y húmeda que envuelve todo este cosmos que llaman Southern Pakistan es idéntica a la que se respira en gran parte de la India”. El Pekín Express Canino.

Está en este itinerario, pero NO recomiendo Multan. Tuvimos una experiencia terrorífica “gracias” a la policía, como en gran parte del sur del país. Y me consta que, al menos a fecha de 2021, muchos extranjeros corrieron una suerte similar.

Como imprescindible a visitar: la Tumba del Shah Rukn-e-Alam. Construida en el siglo XIV, en honor al santo sufí Sheikh Rukn-ud-Din Abul Fateh, este santuario se considera el ejemplo más antiguo de la arquitectura Tughluq (pre mogol) y es de una belleza sublime (al menos por fuera). ¡Siendo lo único bonito que nos dio Multan lo valoramos el triple!

Alojamiento

Normalmente la policía te lleva a un hotel, pero a nosotros nos tuvieron dando vueltas por la ciudad y no encontramos ninguno que admitiera perros. Tampoco te dejan quedarte en casa de gente local. Nos fuimos echando leches.

BAHAWALPUR Y CHOLISTAN DESERT

“La impresionante fortaleza de color tierra nos saludó desde unos kilómetros antes, como un castillo de Juego de Tronos. Sus muros de 1500 metros de perímetro y 30 de alto sobresalían en aquel desierto. Mientras explorábamos por dentro nos metimos un poco en la historia que habíamos leído previamente. Nos pareció una pasada de lugar y descubrir que éramos los únicos visitantes, ya no solo internacionales, sino en general. Se le da muy poco valor a los tesoros de Pakistán, empezando por los propios Gobiernos (nacional y autonómicos). En cualquier otro país dicha fortaleza estaría restaurada y sería reclamo turístico de primer nivel. En cambio aquí estaba abandonada y derruida… Era tal el deterioro que aquello se había convertido en la casa de millones de murciélagos”. El Pekín Express Canino.

Bahawalpur merece el desvío. Esta ciudad del desierto ofrece una cultura distinta y un ecosistema distinto. Verás cómo viven las gentes del desierto y podrás visitar el Cholistan Desert (si la policía te deja). Nosotros fuimos a ver el Derawar Fort, en pleno desierto. Nos encantó. Además, por el camino pasamos por pequeños pueblos con sus mercadillos.

Alojamiento

Hay opciones en Bahawalpur. Nosotros dormimos en casa de un hombre local que habíamos conocido de camino a Harappa.

SUKKUR

Foto: Lin Tang Yu

Sukkur es la entrada a la poco visitada provincia de Sindh. Es una ciudad sucia, caótica y fea, pero tiene ese imán “indio” de que pasa de todo a la vez que atrapa. Además, es posible que aunque no quieras visitarla tengas que pasar por aquí, pues está justo en la intersección entre Baluchistán, el resto de Sindh, incluida Karachi, y Punjab. Hay trenes y buses conectando todos estos destinos.

Alojamiento

Nos quedamos en el Green Place Hotel. Fue el único en que nos admitieron con dos perras. Unos 10-12 euros por noche la habitación.

MOHENJO DARO: VALLE DEL INDO II

“Esas calles de arena flanqueadas por muros, esos rectángulos que un día fueron habitaciones y baños… y templos. Y sobre todo ese montículo elevado, que no era otra cosa que una ciudadela con los edificios más importantes dominando al resto. Y por supuesto la gente. Los tataratataratataratataratataranietos de las primeras civilizaciones de estas tierras no se diferenciaban físicamente mucho al resto de habitantes primos de Pakistán e India, pero sus intensas miradas, de algún modo, te transportaban al pasado. Un pasado glorioso del que en ningún caso gozan en la actualidad. La pobreza, corrupción política y poder de las mafias de Sindh han hecho tambalear los cimientos de esos Imperios y hoy todo eso se refleja en poblados precarios amontonados a lo largo del valle del Indo”. El Pekín Express Canino.

La mejor excursión que puedes hacer desde Sukkur es esta. Otra reliquia de la civilización del Valle del Indo. Merece la pena venir si te gusta la arqueología y la historia.

Alojamiento

Larkana es el asentamiento más cercano con infraestructura. Sin embargo, es una ciudad complicada en cuanto a seguridad, o al menos eso es lo que la policía te va decir si te ve vagando solo en calidad de extranjero. Seguramente te lleven a dormir a un hotel que ellos elijan o a una comisaría.

KARACHI

Personalmente no lo recomendaría en un itinerario por Pakistán, porque queda retirado y huyo de las ciudades enormes, pero muchos viajeros aterrizan y empiezan su aventura pakistaní aquí. Hay dos cosas a destacar para mi gusto: el sabor y el caos de una urbe de más de 20 millones de almas… y la modernidad de sus gentes. Es otra cara de Pakistán.

EL DESIERTO BALUCHE Y LA TAFTAN BORDER: UNA TRAVESÍA ÉPICA

“El show comenzó antes de las 7:00. Nos apretujamos en el montacargas de una pickup, la primera de cerca de cuarenta… y arrancamos… El frío mañanero del desierto y la adrenalina nos mantenían despiertísimos, tratando de absorber cada trozo de infinita arena y un cielo que tocaba más abajo que nunca. Las montañas peladas a mano izquierda, tan cerca y tan lejos, eran la línea divisoria geográfica que nos separaba de Afganistán. Nos acompañarían durante cientos de kilómetros… Los militares que nos acompañaron, en ocasiones únicamente en la parte delantera y otras también con nosotros en el montacargas, no eran muy habladores. Con sus kalashnikovs preparados al hombro tampoco alentaban a uno para dirigirles la palabra. Era increíble compartir semejante ride con alguien así. Sosteniendo firme su arma mientras daba botes en el montacargas como uno más. Su mirada clavada en esas tierras inhóspitas, atento a cada movimiento sospechoso… Los minutos y las horas de esa primera jornada fueron transcurriendo sin que el paisaje cambiase demasiado. Un punto de nuestra Tierra que parece de otro planeta, con esa geología marciana y sin atisbo de vida. Hasta que empezaron a aparecer los camellos, la única prueba de que realmente estábamos en nuestro querido cuerpo celeste”. El Pekín Express Canino.

El trayecto entre Quetta y la frontera con Irán, la Taftan Border, es una de las mayores aventuras viajeras. Alrededor de 600 km por el desierto baluche, botando en montacargas escoltados por militares, parando en decenas de checkpoints… Un viaje que dura entre dos y tres días, y cuyas noches se pasan en comisarías, incluidas la de Dalbandin y Quetta. Esta última es la capital de Baluchistan y, aunque es posible que no te dejen moverte por tu cuenta, es una ciudad que impacta, con sus bazares llenos de puestos de comida, tiendas… y hombres. No hay mujeres apenas.

Nosotros lo hicimos en ambos sentidos (noviembre de 2019 y octubre de 2021). Es la única forma a día de hoy de viajar entre Irán y Pakistán por tierra y no se puede hacer por libre. La lucha independentista de milicias baluches sumada al tráfico de armas y drogas controlado por los talibanes fueron los detonantes para que el Gobierno central decretase como zona roja a la mayor provincia del país.

Si vienes desde Irán te llevarán a un centro militar donde seguramente pasarás la primera noche. A la mañana siguiente empezará el show. Una vez en Quetta te llevarán a hacer los documentos necesarios y después te embarcarán en un tren rumbo a Sukkur. Si vienes desde Quetta tendrás que ir primero al Departamento de Interior de la ciudad. Allí gestionas el "NOC", papel necesario para cruzar el desierto hasta Taftan, y después ya es “simplemente” seguir a las camionetas rumbo a terrenos inhóspitos… y finalmente Irán.

Si esa es tu siguiente parada pásate por este artículo: IRÁN, ITINERARIO