Qué hacer si tu perro se pierde
Actualizado: 7 sept 2023
En ocasiones, y ,sobre todo, si tu compañero es un cachorrete culo inquieto, un mínimo despiste puede darte un buen susto. Todo dependerá de la personalidad de tu perro. Si es un perro que no se despega mucho de ti, no tendrás grandes sobresaltos, pero si es un perro muy independiente a veces puedes perderle de vista. Por eso, es muy importante, ante todo, que sea obediente y responda a tus llamadas. Cocaí es una perra súper independiente, se va a explorar territorios que quedan fuera del alcance de mi vista. Pero siempre vuelve cuando la llamo.
Prevenir
Hay varios consejos que puedes seguir para evitar este tipo de sustos:
Sé un padre/madre responsable. Vigílale. Esto aplica sobre todo si estás en una zona amplia, si hay gente, y si tu perro es travieso e hiperactivo. Al fin y al cabo los perros son como los niños y hay que tener un ojo en ellos siempre.
Llévale con correa en áreas con multitudes, especialmente si hay festejos. Muchos tendréis perros miedosos a los petardos y los ruidos fuertes y estaréis familiarizados con esta situación.
Perro con collar y con teléfono en placa (o grabado en el collar). Además de que te pueden llamar si lo encuentran, normalmente no se lo llevará nadie porque pertenece a alguien.
Laguna de Bacalar, México.
Curar. Qué hacer cuando pierdes de vista a tu perro
En nuestros viajes hemos tenido un par de pequeños sustos (más bien grandes sustos). Uno fue porque me despisté y ella tenía alrededor de 4 meses de edad y no paraba quieta. Se coló en el jardín de una familia. La otra ha sido más reciente, ya con 2 años de edad, y fue porque se asustó con los fuegos artificiales y petardos que estaban lanzando en un desfile.
Consejos:
Lo primero que hay que hacer es tratar de mantener la calma y no entrar en pánico, pues no se adelanta nada poniéndose uno nervioso. Esperar unos minutos a ver si aparece, pues podría estar cerca y moviéndote igual te alejas.
Esperar a que alguien te llame al teléfono (si no tienes batería cárgalo en cuanto puedas). Doy por sentado que tu perro lleva una placa con tu número, es importantísimo. De hecho, si vas a pasar una temporada larga en ese país y tienes un número local mucho mejor.
Preguntar a la gente de alrededor si han visto a un perro (de equis color), con collar… Esto es un arma de doble filo, pues a veces te indican la dirección que ha seguido otro perro (cuidado en los países o zonas en que hay muchos perros callejeros).
Hablar con la policía, proporcionarles una fotografía de tu perro. Pueden organizar patrullas de búsqueda.
Preguntar si hay algún tipo de servicio de megafonía si se trata de un pueblo pequeño. Yo tuve la “suerte” de perder a Cocaí en un pueblo de Ecuador, llamado Olón, que contaba con megafonía por todo el pueblo. Gracias a esto la familia a cuyo jardín se había colado la golfa de Cocaí, escuchó mi mensaje y me la trajo a la plaza central.
Si nada de eso ha funcionado tienes dos opciones. Esperar en el lugar en que perdiste de vista a tu perro con la esperanza de que vuelva; pensar cuidadosamente a dónde podría haber ido. Muchas veces no se pierden, sino que huyen (como el caso que he contado con petardos, pero puede ser por otros ruidos). Y los perros son muy listos, van a ir a un lugar que les proporcione seguridad o que sepan que allí puedes encontrarlos. Cuando se escapó Cocaí, ese día del desfile, vi cómo ella atravesaba la plaza y subía en la misma dirección por donde habíamos venido. Por más que la llamé no hizo caso, el miedo no la dejaba hacer otra cosa que correr. Nosotros acabábamos de llegar al pueblo (Bacalar, México) y no conocíamos prácticamente nada del lugar… Pero sí había un sitio. Estuve preguntando a los locales si habían visto a mi perra, hablé con la policía (les di una foto y me dijeron que iban a hacer lo posible), pero nada. Ni rastro de Coqui. Después de casi dos horas estaba desesperado. Lo peor es imaginar que algún coche la pueda haber atropellado. Y, de repente, se me encendió la bombilla, una luz de esperanza. Deshice el camino andado por donde habíamos llegado al pueblo, como unas 20 cuadras, y llegué a la tienda en la que habíamos entrado a preguntar una cosa. ¡Allí estaba! En la tienda de animales, amarrada a un poste. El dueño la había atado y me estaba esperando. Casi me pongo a llorar de la emoción. Creo que Cocaí se fue ahí porque estaba a salvo de los ruidos (ya bastante lejos). Pero también porque sabía que allí la encontraría.
¡Para celebrar el reencuentro, qué mejor lugar que este para desestresar!
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